¡ No lo
Compre ¡
Ante esta situación perturbadora de la
integridad que debe caracterizar a la
iglesia, nos vemos en la obligación de hacer pública nuestra postura.
Comenzamos aclarando que no
tenemos intereses comerciales en el negocio de los discos compactos; no los
producimos ni tampoco los comercializamos. No respondemos a los intereses de
los productores. Nos preocupa, eso sí, la salud espiritual de quienes se lucran
con este negocio ilegal, y de los que se contaminan comprándolos, sean quienes sean; porque es nuestra absoluta
convicción, que esta práctica, no sólo es un delito, sino, más grave aún, es un
pecado.
La
excusa que ofrecen quienes venden y compran
discos compactos quemados, -y por extensión, cualquier otra copia
ilegal- es que los originales son caros.
Carecemos de elementos de juicio para discutir eso. Pero en atención a
los principios absolutos de La Palabra de Dios, queremos
dejar bien claro que un cristiano no debe argumentar esa razón para pecar.
Cuando Jesús nos enseñó: “buscad primeramente el
reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”, estaba justamente estableciendo lo que significa un principio divino.
Es decir, antes de asumir una conducta debemos considerar PRIMERO la opinión de
Dios.
Si Ud. no puede pagar lo que vale un disco original, sencillamente, no lo compre. Si lo compra, está
adquiriendo un producto proveniente del delito. ¿Cree Ud. que es correcto que
un cristiano contribuya de esa manera con el crecimiento de la maldad?
Se argumenta también que los
productores de estos compactos originales ganan mucho dinero en ese negocio.
Con toda honestidad, nosotros no podemos negar ni afirmar esa suposición. Lo
que sí creemos rotundamente es que esa postura, aun cuando sea cierta, no es
bíblicamente válida para adquirir discos quemados ilegalmente; pues el pecado
de otros no debe justificar el nuestro. La responsabilidad moral de las personas
ante Dios es PERSONAL. Las Sagradas Escrituras nos enseñan que “el amor no hace
nada indebido”; “Si decimos que tenemos comunión con Dios, y andamos en
tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad”.
Como cristianos tenemos que velar no
sólo por lo que hacemos sino por lo que somos.